VERSIONES ORIGINALES
Heredé de mi padre una sala de cine y el
oficio de operador, y pronto empecé a percibir en las películas que proyectaba,
tras cientos de visionados, multitud de errores y una alarmante falta de
imaginación. Así que corregía estos defectos con una precaria montadora,
teniendo mucho cuidado al empalmar los fotogramas para que mi trabajo pasase
desapercibido en la continuidad de la banda sonora. Al principio sólo alteraba
secuencias que no ofrecían excesivos problemas o recortaba metraje de
larguísimos planos intranscendentes, pero practicando adquirí mayor destreza,
atreviéndome con proyectos más ambiciosos. Programé una Semana de Cine de Autor
al año para revisar los clásicos y acercar al público las grandes obras maestras,
presentándoselas además en mi versión mejorada. Y tengo a gala pensar con
orgullo que muchos directores de cine están más valorados por mis espectadores
que por los del resto del mundo; mi mayor satisfacción fue la vez que oí decir
a uno de ellos, después de la proyección de Ciudadano
Kane, que le había gustado muchísimo más de lo que la recordaba. Eran otros
tiempos, sin duda, no como ahora que sólo pienso en adelantar mi jubilación,
aburrido por el avance del inalterable cine digital.
Rafa Heredero García
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