RAÍCES DE PAPEL PUBLICACIONES Y PREMIOS
jueves, 21 de octubre de 2010
ARTHUR RIMBAUD ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE UN POETA MALDITO (20-10-1891)
viernes, 19 de febrero de 2010
TRISTAN CORBIÈRE
- EPITAFIO
- Se extinguió de entusiasmo y murió de pereza;
- si vive es por olvido; no ser en una pieza
- él mismo y su querida fue su única tristeza.
- No nació de ningún modo;
- va donde el viento le deja;
- es cual bazofia compleja,
- mezcla adúltera de todo.
- Hecho de “qué se yo”. Un lince
- en cuanto a vista. Oro y poco dinero.
- Muchos alimentos y... un esguince
- si el brío ha de ser duradero.
- Un alma inmensa para quien no tiene violón.
- Demasiado amor para un mal garañón.
- Muchos hombres y... ninguna demostración.

París
(Fragmento)
Bastardo de Criolla y de Bretón
- Nada-. Pasmada, se deja llevar
De los bravos dioses cafiches!
Entonces llegarás, imbécil papagayo,
Buscando el parpadeo de este espejo al que cubre
Un brillo de oro, resto del astro rubio extinto.
Y verás una joya en el brillo de estaño.
Llegarás a este hombre, a su débil reflejo
Sin calor… Pero, el día en que irradiaba fiebre,
Nada sentiste, tú que -en el atardecer-
Caes sobre ese rayo caído que ha dejado.
A ti no te conoce, a ti, la consabida
Sombra que recostó en su cielo desnuda
¡Cuando era un Dios!... Todo eso -se acabó.-
Cree -Pero él no tiene la mirada que atrae.
Llora -Pero él no tiene esa cuerda que llora.
viernes, 11 de diciembre de 2009
CAVAFIS ( Un poeta candente )


Constantino Petrou Cavafis
Biografía
Cavafis nació en Alejandría, Egipto, donde su padre era un rico comerciante. Tras su muerte en 1870 la familia tuvo que emigrar a Liverpool. Constantino regresó a Alejandría en 1882.
Con el comienzo de los disturbios en 1885 la familia tuvo que mudarse de nuevo, esta vez a Estambul. Cuando Cavafis volvió a Alejandría lo haría para quedarse el resto de su vida. Al principio trabajó como periodista, y después en el Ministerio Egipcio de Obras Públicas, durante treinta años. Entre 1891 y 1904 publicó su poesía, con poco éxito. Murió en 1933.
Tras su muerte, la reputación de Cavafis aumentó, pasando a ser considerado uno de los mejores poetas griegos modernos.
Constantino Petrou Cavafis (en griego Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης. Alejandría, Egipto; 29 de abril de 1863 – 29 de abril de 1933) fue un poeta griego, una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna.
Trabajó como periodista y como funcionario, y publicó relativamente poco en vida, aunque tras su muerte su obra cobró paulatinamente influencia. Su atípica temática —fuertemente urbana e introspectiva, y sin tapujos acerca de la orientación homosexual del poeta— demoraron su aceptación, aunque en la década de 1960 lo convirtieron en un icono de la cultura gay.
Ediciones en español y bibliografía
Poesía completa, trad. del griego de Pedro Bádenas, Alianza, Madrid, 1983.
- Poesías completas, trad. del inglés de José María Álvarez, Hiperión, Madrid, 1983.
- Obra poética completa, trad. del griego de Alfonso Silván, La Palma, Madrid, 1991.
- Poemas, trad. del griego de Ramón Irigoyen, Barcelona, Seix Barral, 1994.
- Kavafis íntegro, trad. del griego por Miguel Castillo Didier, Quid Ediciones-Universidad de Chile, Santiago, 2003.
- Poesía completa, trad. del griego de Anna Pothitou y Rafael Herrera Montero, Visor, Madrid, 2003.
- Vicente Fernández González, La ciudad de las ideas: sobre la poesía de C. P. Cavafis y sus traducciones castellanas, CSIC, Madrid, 2001.
LA CIUDAD
Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.