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JULIA
GALLO SANZ SE ADENTRA EN EL POEMARIO "EL DESTINO NOS ATA Y NOS
DESATA" – DE JUAN CALDERÓN MATADOR
Mucho
se ha dicho sobre EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA, última obra de Juan Calderón
Matador, y todo excelente, como corresponde. El prólogo escrito por Blas Muñoz
Pizarro, es un magnífico catalizador de las pulsaciones de este poemario, y en
él ya está todo escrutado; así que lo que yo voy a decir, tal cual me pide el
corazón, es que Juan calderón es un gran amigo y un leal compañero de fatigas
literarias, imaginativo, divertido, creativo, ocurrente…, lo mismo que Javier
Bueno, a quien tanto Juan como yo debemos la difusión de informaciones
digitales.
Juan
Calderón es un refulgente poliedro, cuyas irisaciones nos llegan desde las
facetas de sus caras: poeta, pintor, actor, letrista de canciones y compositor
de sus músicas, escritor de teatro, relator… Como autor de poesía Juan, sin ninguna duda, ejerce de poeta
del sentimiento y de la experiencia, y lo hace con sinceridad plausible, como podemos comprobar a lo largo de
su amplia producción.
En
EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA, la
amalgama entre lo íntimo y lo cósmico, entre lo real y lo soñado, está tan bien
compactada, que la versificadora dimensión emocional encrespa la piel. Esta
desnuda desazón pasional volcada en cada verso, es una confesión macerada en el
tiempo y escrita en el tiempo; de este manifiesto metafórico y simbolista se
vale Juan C. M. para contarnos que las ligaduras del destino unas veces nos
prenden y otras nos desprenden como a capricho, porque el amor, sentimiento por
excelencia en este libro, aunque nos pese, es semejante a una sublime y
carcelaria argolla susceptible de rotura por donde desasir su presa.
El yo poético, revelado o sobreentendido, clama con
lirismo persuasor ante quien lee, y el lector queda atrapado en su polifonía,
hondura, sondeo íntimo, cromatismo, imágenes, oficio… ¿Existe algo mejor que
dejarse atrapar por la belleza del sentimiento?, pues esto hace EL DESTINO NOS
ATA Y NOS DESATA de Juan calderón Matador: cala, sacude y turba. Muchos son los
versos que quedan cristalizados en la memoria como una corona de espinas, y
digo yo: ¿acaso hemos olvidado que fuimos colocados en un valle de lágrimas con
la esperanza –ya suministrada en vena- de hallar el verdadero amor y la dicha?
Querido Juan, una vez más, enhorabuena por esta nueva
entrega poética, hermosa y valiente.