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EL WESTERN DE MI VIDA
Desde niño me
han gustado los western de serie B, aquellos donde estaban las cosas claras, el
chico era el bueno, la chica rubia muy bien peinada, siempre le esperaba y al
malo enseguida se le reconocía por su cara de malo.
Años más tarde cuando
crecí lo aplique a la vida.
Yo era el prota indiscutible,
sin embargo el papel de malo estaba muy disputado, optaban a él mi autoritario y
engreído profesor de matemáticas, el niño gordo abusón de débiles en el patio
del colegio, y mas tarde mi primer jefe rancio y bebedor, sin descartar a mi
envidioso cuñado.
En cambio desde
el principio de mis tiempos tuve claro que el papel de chica lo interpretaría Pepita que siempre me esperó
y que deseo que en el último fotograma de mi vida cabalgue a mi lado en la
definitiva llanura.
Félix Domingo Ayuso