Imagen Internet Film Avaricia, 1924 dirigido Erich von Stroheim (Propiedad de la productora y/o distribuidora) |
El
viejo cinematógrafo
Las
llamas devoraban el celuloide con violencia mientras los fotogramas se
retorcían y se convertían en un puñado de cenizas. El viejo cinematógrafo del
anciano ya no reproduciría aquellas cintas nunca más.
Aquellas
imágenes en blanco y negro estaban llenas de recuerdos. Llenas de escenas que
colmaban de anhelo la mente de Aurelio. Eran viejas estampas de su dulce esposa
en los años veinte, cuando su vida había estado repleta de luces y de fama.
Aurelio suspiró. Ya habían pasado tantos años…
Ningún
cine querría ya proyectar las películas de su bella mujer. Todos se habían
olvidado de su nombre.
El
anciano cerró los puños con rabia, pisó la hoguera que chisporroteaba en el
suelo del patio y dejó que el fuego se subiera sobre él. El filme de su vida
había acabado.
Aquella
noche soñó con ella; como cada vez que cerraba los ojos.
Cuando
se despertó, con las mejillas húmedas y una sonrisa llena de arrugas, pudo
comprobar que no había colores por ningún lado. En su boca se dibujó una mueca
de victoria. Al fondo de la habitación estaba el viejo cinematógrafo. Y a su
lado, en la cama, su mujer en blanco y negro.
Francisco García Jiménez
1 comentario:
Precioso microrrelato. LLegaras muy lejos, joven escritor.
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