Cartel propiedad de la productora |
Por alusiones
Era la cuarta colilla en apenas media hora. Tras la última calada, la aplastó con su mugriento pie desnudo cuando ya el filtro amenazaba con desaparecer engullido por entre los huecos de sus dos únicos dientes. No sintió nada. Ni siquiera algún dolor que le recordara que aún estaba viva. Otra noche sin morir. Otro sinvivir que amanecía.
¡Coooorteeeeen!¡Fantástica la escena!, gritó el director. !A ver, que le maquillen otra vez los pies para un primer plano! ¡Y la mugre de la cara! ¡Esos dientes, los quiero más amarillos y sucios! ¡Las costras en la piel, repasadlas!¡Que el espectador sea capaz de oler el asco! ¡Repetimos toma en cinco minutos!, siguió gritando.
Encendió la última colilla mientras observaba la escena desde el otro lado de la calle, acurrucada entre los cartones sucios de su hogar errabundo. Verse reflejada en el espejo de aquellos gritos que hablaban de ella sin saberlo, le hizo añorar otros tiempos. Por primera vez entendió que debía hacer algo. Empezar de nuevo. Buscar trabajo. Y comenzaría por hablar con aquel director que se empeñaba en falsificar a la protagonista. ¡Como si una ficción de la realidad pudiera mejorar el original…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario