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Carrera de artista
Mariam siempre quiso ser actriz. No una cualquiera,
si no alguien subida al estrellato. Así que comenzó a ensayar su papel conmigo
cada vez que nos cruzábamos en el rellano del bloque donde vivíamos. Al
principio era Scarlett, yo su amado Rhett Butler, galante, viril y atrayente
hombre que debía asirla entre sus brazos. Los vecinos nos trataban de locos, hasta
que fueron asiduos a nuestras actuaciones. Con el paso de los días aumentó el
público. Los ensayos transcurrían entre aplausos y ovaciones. Eso la animó a
seguir interpretando otras películas legendarias. Pronto corrió la voz en el
barrio y nos hicimos populares. Esto me enganchó. Nuestras vidas comenzaron
a cambiar, todo el mundo nos
alentaba a seguir. Así que viendo el éxito grabamos varias películas cortas con
una videocámara. Fue nuestro trampolín. Comenzaron a proyectarlas en las
fiestas del pueblo. Ahora queremos ampliar el repertorio y tocar más géneros.
Desde entonces tenemos miles de ofertas de otros pueblos y estamos nominados a
ser los mejores actores revelación de bajo coste. Ya no nos conocen como la
pareja de frustrados cinéfilos y actores de pacotilla. Lo mejor es que sentimos
el verdadero calor del público.
FRANCISCO MANUEL MARCOS ROLDÁN
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