HIJO DE HOLLYWOOD
Se
parecían a dos actores de Hollywood. Ella con su melena lisa, sus labios
siempre pintados, los ojos vivos y claros. Él, peinado a raya, trajeado y con
gafas de pasta. Me parecía verlos en una comedia americana de los años
cincuenta, enamorados y felices de vivir su particular romance en blanco y
negro.
Ella
le llamaba a él Spencer, él a ella Katharine. Ella le decía que era básico como
una patata cocida y él que tenía poca carne, pero de buena calidad. Él prefería “La costilla de Adán”
y ella siempre lloraba cuando veía “Adivina quién viene esta noche”.
Con
los años forjaron su propia película rodeándose de hijos. Recuerdo la niñez y
el glamuroso aire que se respiraba en nuestra casa, pero claro, no todo el
mundo tiene a Spencer Tracy y a Katharine Hepburn como padres.
Mikel Montosa Sánchez
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