“El Maletín”
Cuando mi esposa, me entregó un maletín negro, tengo
que reconocer que no era el regalo que esperaba. Tenía las cerraduras enmohecidas, y me costó
bastante abrirlo.
Dentro encontré un espejo deteriorado por la
humedad, gafas, cejas, dentaduras de goma, prótesis, masilla, pinturas, tintes,
ojos bulbosos, alambres, correajes, algodón y colodión, todos ellos usados.
Mientras lo examinaba, aspirando su envejecido
olor, intentaba disimularle a mi mujer mi decepción.
Al tirar de una pestaña situada en el fondo,
apareció una caja metálica y redonda, y como gran aficionado al cine, pude
reconocer que contenía una película antigua asentada en nitrato de plata.
Mi emoción fue en aumento al comprobar que los
fotogramas pertenecían a uno de mis actores favoritos.
El
protagonista con un disfraz escalofriante compuesto de corbata blanca,
capa negra, sombrero de copa y dientes
afilados, se acercaba al espectador hipnotizándolo con unos tremendos globos
oculares.
Cuando aparté mi vista de aquella mirada giré la
caja y en ella encontré una inscripción en letra cursiva: “London after Midnight”.
Tom Browning-Lon Chaney, 1927.
Miré a mi mujer con los ojos llorosos y le
susurré una frase, como no, de una película:
Sra.
Robinson, trata de seducirme… ¿no es así?
Nuria Lucía Ortiz Tornero
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