COMO UNA
PELÍCULA ANTIGUA
La habitación está triste,
desolada y vacía a pesar del amontonamiento de trastos viejos, libros leídos y
discos rayados que a veces suenan interminablemente. Creo que no he dormido
nunca o que vivo en sueños, no estoy muy seguro. Vivo ausente del mundo.
Retirado.
A través de la ventana veo la
vida que pasa como una película antigua. Con saltos, malas grabaciones y en
ocasiones esporádicos momentos supremos.
Los cristales están empañados.
Veo la lluvia caer. Los niños corren y se desvanecen. Lenta, abrupta, camina a
contratiempo como emergida de un sueño, superpuesta sobre la imagen monótona de
la vida que pasa incesantemente. A cada paso, el movimiento acompasado de su
cuerpo consigue que su chaquetón ocre resalte sobre el fondo gris. La melodía
del disco sale de su letargo y suena una nueva vieja canción que no reconozco a
pesar de haberla oído toda la vida. Su sonrisa agradece el milagro de la lluvia
y pasa junto a la ventana, desplegando su gracia, alejando tempestades.
Juan Vega Romero
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