Foto Internet del Cine Avenida de Barbate, autor José Luis Sánchez Garrido |
La invitación
¡Al anfiteatro! Al gallinero, vamos,
para entendernos. Pero ¿que se ha creído? Para una vez que me invita al cine, y
me dice que vamos al… Vamos, que se cuenta y no se cree.
Se pensará que no me merezco una buena
butaca de patio, como Dios manda. Y en el intermedio, un refresco en el ambigú y
sin que una lo pida, unas chocolatinas para la segunda parte. Pero con éste lo
llevo claro. Y dando gracias que no se le ha ocurrido llevarme a la doble
sesión matinal de los domingos, eso ya sería rizar el rizo.
De la sala no quiero ni hablarte, Cine Evangelista, me parece
que se llama; no viene ni en la cartelera del periódico, con eso te digo todo.
Seguro que me llevará en autobús, porque en taxi… Eso él no sabe lo que es. ¡Qué
va a saber!
Igual que cuando me invitó la primera vez, al cine de verano
en el pueblo y me compró un cartucho de pipas. Vamos, que no hemos avanzado,
estamos atascados.
Bueno
hija, me voy a la peluquería. Si llega tu padre, dile que no se impaciente, que
enseguida subo para ir al cine.
Javier Gómez Fernández
1 comentario:
Está demostrado, las máquinas de discutir siempre andan bien peinadas.
Saludos, siempre
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