Audrey Herpbun cantando "Moon River" en el film "Breakfast in Tiffanys" Imagen internet propiedad de la productora y/o distribuidora. |
LA MAGIA DEL CINE
Llovía, una insoportable apatía reinaba en el sombrío semblante del
atardecer. La lluvia golpeaba con fuerza los cristales de las ventanas. Decidí
ir al cine, su magia se insinuaba descaradamente, sus provocaciones eran
brutales, recordé en las viejas salas de barrio, en su envolvente olor a
palomitas y cola-cola. Las lágrimas empezaron a nublarme la vista. Rápidamente
introduje una película en el aparato, no quise saber el título, sólo quería
huir, lo necesitaba.
Los créditos iniciales empezaron a
iluminar la sala de un modo muy especial. Entre los numerosos libros empezaron a
surgir los actores y las actrices que me habían acompañado durante toda la
vida. Las imágenes se sucedían vertiginosamente, secuencias conocidas que nunca
podría olvidar, cada una formaba parte de un recuerdo, una ilusión. Palabras,
risas, gestos, miradas que te pellizcaban el alma, lágrimas que brotaban sin
ninguna justificación. Eso es el cine, la oscuridad de la tarde se disipó en
destellos de colores extraños, mágico, envolventes.
En la pantalla podía ver toda mi vida. Me sentía bien, aparentemente era
feliz. Su cabeza reposaba en mi hombro, nuestras manos entrelazadas. Y,
surgiendo del silencio, empezaron a sonar las notas maravillosas de Moon River.José Gerardo Vargas Vega
1 comentario:
Un micro muy evocador, en tono melancólico y poético, que me ha gustado.
La foto preciosa.
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