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Godzilla
contra el público
Godzilla emergió de
las aguas de la Bahía de Tokio y lanzó un espeluznante rugido. En la pequeña
sala de cine donde se proyectaba la película del “rey de los monstruos”, Gojira,
algunos espectadores bostezaron, otros rieron y los más audaces aprovecharon la
oscuridad para dormitar. Tras la enorme pantalla blanca y negra, Godzilla se
sintió ultrajado y, algo triste, recordó décadas anteriores cuando aquellos
rugidos habían hecho temblar a millones de espectadores. ¡A millones! Pero el
paso del tiempo y los nuevos efectos especiales habían mermado el temor de los
asistentes a los pases de la antigua película de 1954.
Godzilla traspasó la
alambrada electrificada y lanzó un rayo atómico, destruyendo gran parte de
Tokio. La pantalla mostró al titánico monstruo enfurecido pero los espectadores
solo le abuchearon y se rieron de sus andares ridículos. Y esta vez, el
dinosaurio, cansado de sus burlas, se prometió que les regalaría la sesión más
terrorífica de sus vidas. Así, el colosal mutante dio la espalda a los
aterrados japoneses y atravesó la pantalla de cine, irrumpiendo en la pequeña
sala de la que huían despavoridos los sorprendidos asistentes. Y Godzilla rugió
de nuevo saboreando su victoria.
Vanessa Proaño Puerta