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ESE ABISMO TAN OSCURO
José Fran González Amorós
Unas horas antes la luz del sol hubiera
cegado mis ojos, pero ni la mayor claridad del día hubiese podido despertar
algún indicio de claridad en mi cabeza. Resaca de alcohol y de toda una vida
arrastrada y guiada por ese virus de inseguridad que yo mismo me he contagiado
en grandes dosis…
Invisibles, pero ciertos, son los barrotes
que crecen a mi alrededor.
Cadena perpetua, y yo, soy mi propio
Alcaide, yo mismo impongo las leyes que me encierran en esta cárcel que es mi
habitación. Estas cuatro paredes tan estrechas y claustrofóbicas, tan
gruesas... y oscuras...
Abre los ojos, chaval,
y despierta:
"Para qué, no importa, qué más da, aquí en la celda se
está bien, no causo problemas; incluso he terminado acostumbrándome...".
Mi vida aprisionada entre barrotes.
Cultivo:
Bajo mis pies cultivo raíces que se van
incrustando en la tierra, amontonando ideas y sueños inalcanzables; y sobre mi
cabeza, una continua tormenta de rayos, truenos y sombras tenebrosas,
ennegrecen todo este plantel, impidiendo que todas mis raíces repletas de ideas
y sueños, den su fruto.
Abono: grandes dosis de alcohol.
...Ahora sueño; sí, sueño que vuelo y me
alejo de esta temida oscuridad...
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