RAÍCES DE PAPEL PUBLICACIONES Y PREMIOS

martes, 29 de septiembre de 2015

"PSICOFONÍAS" DE RAÚL GARCÉS REDONDO, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

Freddy Krueger) imagen  internet propiedad de la productora y/o distribuidora

PSICOFONÍAS

Los oímos a diario y siempre a las mismas horas: a las cinco, a las siete, a las nueve … Los domingos además a las doce de la mañana. Son ruidos diversos. Algunos se asemejan al rugir de una motosierra, otros al chirriar metálico de unas cuchillas. Los hay similares al zumbido de un televisor con niebla o a gritos humanos tan desgarradores que ponen el vello de punta. Y como usted puede comprobar no tenemos vecinos a quienes atribuirles estos inexplicables sonidos.
Todos los medios se hicieron eco del suceso. Incluso llevó a cabo una investigación un conocido investigador de lo paranormal. Incidió en el hecho de que este inmueble albergara tiempo atrás un cine dedicado a cintas de terror. Pero todo aquello de las energías atrapadas no convenció a los escépticos quienes todavía le recuerdan el polémico caso de unas oficinas donde las señoras de la limpieza decían escuchar fuertes jadeos y respiración entrecortada a unas horas determinadas de la noche. Se hizo hincapié en su pasado como sala de proyecciones de películas equis. Poco después se supo que pertenecían a jóvenes que aprovechaban una ventana abierta para dar rienda suelta a su pasión amorosa.

Raúl Garcés Redondo



jueves, 24 de septiembre de 2015

"LA EXTINCIÓN" DE CRISTIAN MARTÍN RÍOS, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRLATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

Imagen Internet (Pintando el cartel de la película Juana de Arco, Barcelona años 50)

LA EXTINCIÓN

Paseaba en silencio por el taller sintiendo que los recuerdos cobraban vida. La luz que atravesaba el ventanal, el ruido de sus zapatillas al caminar, los olores de aquel lugar. Todo resultaba inconfundible. Acarició la vieja radio con la punta de los dedos oscurecidos por la pintura. Siempre funcionaba a la hora de trabajar. Le gustaba escuchar música de Miles Davis, Thelonius o Sinatra porque creía que entre el jazz y el cine había una relación demasiado profunda, casi ancestral. Su última obra seguía apoyada contra la pared. Había tardado casi una semana en pintar ese cartel para el estreno semanal del cine Valladares. Estuvo colocado en la fachada hasta anteayer. Los propietarios le avisaron del cierre. El Valladares era pequeño, familiar, artesanal como su propio trabajo. Pero el encanto y el romanticismo no sirven para liquidar las deudas y la competencia de los multicines resultaba voraz. Él tampoco podía luchar contra las impresiones digitales así que cerró la puerta del taller. Guardó en los bolsillos las llaves y las manos y se alejó lamentando que un viejo oficio, el de pintor de carteles de cine, se había extinguido para siempre. Y tristemente, a nadie pareció importarle demasiado.


Cristian Martín Ríos



sábado, 19 de septiembre de 2015

"HUÉRFANOS DE IMÁGENES" DE RAFAEL HEREDERO GARCÍA, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014


Imagen internet propiedad de la productora y/o distribuidora

HUÉRFANOS DE IMÁGENES
«La imágenes de las películas empezaron a desaparecer sin que nadie fuese capaz de explicar la razón, y aunque se realizaron infinidad de copias para tratar de protegerlas, resultó imposible detener esa especie de epidemia. Daba igual que estuviesen grabadas en el clásico formato de 35 mm, en las antiguas cintas de los vídeos domésticos o en cualquiera de los modernos sistemas digitales. Incluso los nuevos rodajes tuvieron que suspenderse ante la evidencia del desastre. Nada se conservó. Nos convertimos en huérfanos de imágenes. Y entonces comenzó el verdadero drama. Nos dimos cuenta de que las películas también se borraban de nuestras experiencias, y con ellas, impotentes, olvidamos todo lo que el cine nos había enseñado y hecho disfrutar, lo que había comprometido nuestras vidas con la realidad. Y lo peor es que nunca seríamos conscientes de lo que suponía perder esa belleza ya irrecuperable.»
Así explicaba el protagonista de la película lo sucedido antes de que esta terminase con un fundido en negro, como si sus imágenes acabaran de desvanecerse. Me había encantado, y me hizo pensar en todo aquello que yo nunca hubiera conocido si algo así llegase a suceder.
Y dolía más de lo que pudiera imaginarme.
Rafael Heredero García 

 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

"HORIZONTE MORTECINO" DE CALAMANDA NEVADO CERRO, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE ARVIKIS - DRAGONFLY 2014

Imagen propiedad de la productora y/o distribuidora



Horizonte mortecino

Aquel amanecer papá llegó  tarde a casa y manchado de barro. Mamá, mientras lo esperaba, iba del sofá a la ventana y de esta al baño;  parecía enloquecida; no escuchaba. Intentábamos explicarle  las posibles causas que lo podían retener fuera a esas horas. La agresividad y la tristeza vivían en sus ojos. Lloraba sin descanso.
Cuando papá habló por fin, mamá, estaba vuelta de espaldas, y se agarraba a las cortinas. Al principio, no conseguimos entenderlo. Tenía la voz ronca, y parecía sediento. No quiso tomar agua. Le pedimos que nos contara su tardanza y la de Juanito.
La tormenta volvió las calles un arroyo, murmuró entre dientes, cuando  salía del cine con mi hermano pequeño. Ponían una de tsunamis. A ellos  les  chiflan los efectos especiales y quisieron verla. Les llamaba la atención ver  el océano desbordarse de esa manera tan brutal. En los últimos óscar esa película se llevó uno por sus efectos.
Papá gritaba a mamá que “porque a Juanito,  nunca le obligaron a aprender a nadar;” él, con lo poco que practica  ese deporte, no consiguió rescatarlo de la boca de la alcantarilla.

Calamanda Nevado Cerro


 

martes, 15 de septiembre de 2015

"HIJO DE HOLLYWOOD" DE MIKEL MONTOSA SÁNCHEZ, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

                                        
 
Imagen Internet propiedad de la productora y/o distribuidora


 HIJO DE HOLLYWOOD

            Se parecían a dos actores de Hollywood. Ella con su melena lisa, sus labios siempre pintados, los ojos vivos y claros. Él, peinado a raya, trajeado y con gafas de pasta. Me parecía verlos en una comedia americana de los años cincuenta, enamorados y felices de vivir su particular romance en blanco y negro.
            Ella le llamaba a él Spencer, él a ella Katharine. Ella le decía que era básico como una patata cocida y él que tenía poca carne, pero de buena calidad. Él prefería “La costilla de Adán” y ella siempre lloraba cuando veía “Adivina quién viene esta noche”.
            Con los años forjaron su propia película rodeándose de hijos. Recuerdo la niñez y el glamuroso aire que se respiraba en nuestra casa, pero claro, no todo el mundo tiene a Spencer Tracy y a Katharine Hepburn como padres.

 Mikel Montosa Sánchez


 

martes, 8 de septiembre de 2015

"FILA 7" DE EVA MARÍA MUÑOZ CAMPOS, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE ARVIKIS - DRAGONFLY 2014



imagen internet propiedad de la productora y/o distribuidora

Fila siete

Llovía. Llovía tanto, que después de correr por la calle llegué al cine empapado. Entré casi sin aliento, jadeando. Fermín, el acomodador, me sonrió con la mirada. Ya era la tercera vez que me veía aquella semana. Me conocía bien, porque yo había hecho de aquella sala de cine mi refugio, mi fortín, el espacio perfecto para llenar mi vida gris de adolescente. Alimentaba mis días tristes con historias de amor, aventuras, héroes y villanos.

En la sesión de las cuatro el cine estaba desierto, por eso era mi favorita. Comencé mi ritual, avanzando despacio por el pasillo central, acariciando los apoya brazos de madera y el terciopelo del respaldo, oliendo, escuchando, con los sentidos alerta. Sonó la música, se iluminó la pantalla y los rótulos anunciaban el inicio de otra maravillosa aventura. De repente, desde la fila siete, unos ojos preciosos, verdes, atentos y tan perdidos como los míos me miraron. No sé muy bien por qué, pero en silencio me senté a su lado y juntos descubrimos como navegaba la Reina de África. Y durante mucho tiempo, una vez por semana, la fila siete tuvo dos asientos ocupados en la sesión de las cuatro.

Eva María Muñoz Campos


 

sábado, 5 de septiembre de 2015

RESEÑA DEL LIBRO "CUANDO DUERME GUARDAMAR" DE JUAN CALDERÓN MATADOR A CARGO DEL ESCRITOR POETA Y PINTOR DIEGO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ "PIROPO"






Título:  CUANDO DUERME GUARDAMAR

Autor:  JUAN CALDERÓN MATADOR

Género:  RELATOS

Editorial:  EDICIONES CARDEÑOSO

Páginas:  220



Con una prosa cuidada, pero sencilla y directa- incluso cruda, algunas veces- a la que, con frecuencia, aflora el lenguaje poético, Juan Calderón nos regala en este libro, desde distintos planteamientos narrativos, un amplio conjunto de variados relatos que saltan desde la más cruda realidad hasta la más delirante fantasía.

El grupo que abre el volumen se deja mecer por las olas de las playas de mar abierto que bañan los pies de Guardamar del Segura y que depositan sobre la arena rastros de luz y de sombras, entre un vaivén de amores que se desliza entre las misteriosas pasiones descontroladas de El amor es un estilete y la dulzura y el dolor de la ausencia que se nos muestran en Bodas de plata o en Carta para Laura. También hay lugar para que, junto al amor, aparezcan, en otras  historias, el humor y la ironía, sin olvidar la denuncia. Temas que estarán presentes en todo el libro.

Y, así, entre la risa y el llanto, nos adentramos en un breve paseo por callejones del erotismo que esconden, junto a la inocencia de una lubricidad adolescente, la pasión desenfrenada de Doris, Juan Manuel y el toro en un trío sensual y libertino con evocaciones mitológicas que volverán a aparecer en otros relatos.

La tercera parte nos invita a guarecernos en rincones oscuros del amor  donde se esconden dureza y ternura y desde donde se reivindica el derecho a ejercer una relación libre y plena sin distinción de sexo ni represión social. En esta serie de magníficos relatos donde el hilo conductor es el amor “oscuro”, se mezclan incomprensión y tolerancia, falsedad y valentía, miedo y disimulos… Y, en ellos, se nos muestra su autor como el Juan actor – Teatro ambulante Talía-, el Juan músico – La negra que encadenaba orgasmos por no llorar- y sobre todo el Juan hombre-poeta que desfila por estas páginas llenas de emotividad y de lirismo.

El  libro se nos cierra, adentrándonos en una ruta con baches donde la brevedad de los relatos es inversamente proporcional a la intensidad narrativa de los mismos. Aquí aparece la rebeldía escondida de la mujer sumisa en Basura cotidiana, Escritora sin musa o Quirófano.  La denuncia política, teñida de ironía, en relatos como La enfermedad, El discurso del candidato o Complejos provincianos. Y, como a lo largo de todo el libro, vuelven a presentarse la incomprensión, la intriga, la fantasía, la venganza, la envidia… Todo aquello que el hombre es aunque no quiera serlo. Lo que vemos y lo que siempre nos negamos a ver.

En suma, estamos ante un libro de relatos ameno y profundo, ácido y dulce, tierno y fustigador…, en el que Juan Calderón ha sabido derramar su enorme capacidad imaginativa- sin olvidar sus propias vivencias personales- engalanada con una mirada artística llena de curiosidad que le proporciona los elementos necesarios para lograr una obra que invita a perderse entre sus páginas.



Diego Fernández González

“Piropo”



 
Diego Fernández González "Piropo"


jueves, 3 de septiembre de 2015

"ETERNOS PLATÓS DE NUESTRA INFANCIA" DE RICARDO GÓMEZ TOVAR, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014





ETERNOS PLATÓS DE NUESTRA INFANCIA

Todavía no sé por qué me presenté al casting, ya que no había empuñado una espada desde los nueve años. Sobre el escenario me esperaba una figura vestida con traje de esgrimista, el rostro oculto tras la rejilla de su careta. También yo me encontré súbitamente así ataviado, blandiendo un romo sable hacia mi anónimo contrincante. Era alto y lucía un elegante cabello entrecano. Algo en su voz me recordó a los dobladores de la Metro Goldwyn Mayer, una inflexión en glorioso Technicolor que igual podría haber pertenecido a Robert Taylor que a Stewart Granger, corroborada por los ágiles movimientos de aquel espadachín sin rostro. Mientras nuestros aceros contendían, se presentó un segundo adversario cuya exuberante sonrisa proyectaba imágenes en claroscuro de Errol Flynn. Instantes después, ambos rivales se quitaron la máscara y pasaron a entablar un duelo privado. Ahora no cabía duda de quiénes eran, Scaramouche y el Capitán Blood, emparejados para siempre en una secuencia de celuloide infinito. Antes de abandonar la sala, vislumbré a los dos espadachines haciendo reverencias a un niño semejante a mí que, tras descubrirlos ilusionado en aquella sesión matinal, se fundía con ellos en la niebla de atrezzo.      
Ricardo Gómez Tovar