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AMOR AMARGO
Leonarda Caroca Fuenzalida
“Florecía la tierra cuando empezamos a amarnos. Trasladada a otra dimensión,
ovillándome a tu lado, te adoré, flotando con la razón acorralada por la magia
de los afectos.
Deslumbrada me entregué… sin reservas.
Tremendo error: ese día empezó la
era del amor por cuentagotas. Mis preguntas te encolerizaron, violento me golpeaste la cara y el
alma:
—Para
que no vengas de nuevo con exigencias. ¡Me quedo si quiero!
—Vete, entonces —dije, agonizando, pero enfática.
¿Cómo romper el hechizo? Aunque me costara
morir debía hacerlo; pero tú
empezaste de nuevo tu tarea de seducción, porque ese era tu cuento. Dominar,
someter, tu meta. Me buscaste de nuevo y
cedí. Con rabia, me doblegué a tu juego; pero advertí que en vez de magia instalaste el miedo y la inseguridad.
Me revolvía la sangre estar disponible,
sabiendo.
Te vi en sueños transformado en un animal hediondo. ¡Muy extraño! Te incrustabas en mi espalda, te
acercabas y te ibas, calculando
ponerme a tu disposición, luego volvías. Lograba zafarme, huía asqueada, lavarme; pero no había agua.
¡Ay! Amor amargo, adiós.”
La orquesta
calló, se prendieron las luces y la cantante descubrió que todas las mujeres
del público estaban llorando. Sollozando agradeció.
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