Rita Hayworth en "Gilda" (Imagen Internet propiedad de la productora y/o distribuidora |
UN
FIRMAMENTO DE ESTRELLAS
Era un niño cuando Rita
Hayworth cantaba en “Gilda” aquello de (Put the blame on Mame), se quitaba el
guante y recibía un bofetón de manos de Glenn Ford… Me escandalizaba viendo a
Esther Williams nadando como las sirenas, y a Marilyn Monroe con las faldas a
lo loco… ¿Y..? Uf. Qué drama el personaje de Scarlett O´Hara, en ese crepúsculo
ensangrentado, llorando y jurando a todo aquello que se llevó el viento (A Dios
pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre). Yo resoplaba y me
contenía, siempre, ante una banda sonora exquisita, con el vello saliendo de mi
piel, y queriendo fundirme en ella, para poder tocar ese firmamento de
estrellas…
Un
buen día descubrí que detrás de la pantalla no había nada, tan sólo un oscuro
vacío… y que toda la magia del cine provenía del destello que se hacía al final
de la sala…
Ahora
soy dueño de ese destello, soy un ilusionista, un niño GRANDE. Me siento como
Christopher Lambert en “Los Inmortales”, viendo pasar el tiempo…
(Mi
mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a
tocar)... Así es Forrest, bien dicho…
José Fran González Amorós
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