JEAN DUJARDIN en "THE ARTIST" (Foto propiedad de la productora y/o distribuidora) |
DULCE FÁBULA DE UN PÉSIMO ACTOR
Siempre
quiso ser actor. Se convirtió en un hombre famoso que disfrutaba de su trabajo.
Vi todas sus películas – siete en total -. Todo iba bien, hasta que un día le
ofrecieron representar a un “personaje diabólico” y cometió el error de aceptar
el papel.
Daniel
era un hombre bueno y los films, que tanto éxito le habían proporcionado,
mostraban siete protagonistas caracterizados por su bondad, ternura y destreza
para hacer el bien.
No
resultaba ningún esfuerzo para él actuar en la pantalla “haciendo de bueno”:
Sacerdote, Miembro de una ONG, Líder de un movimiento que reivindicaba derechos
para los trabajadores, Abogado defensor de la paz y la justicia, Esposo fiel
volcado en lograr el bienestar de su familia y otro par de personajes que ahora
no recuerdo.
Su
octavo papel le obligaba a ser malvado, egoísta, cruel e insensible. Aceptó
porque creyó que podía hacerlo. Y fracasó estrepitosamente.
Descubrió,
con horror, que nunca había sido actor y ya era mayor para cambiar de profesión.
Casi se muere de pena.
Fue
Fabio, su mejor amigo, quien le salvó. Juntos salieron adelante produciendo
películas con argumentos que ellos elegían.
Y
resultó ser un éxito rotundo.
© Paloma Hernández Gayoso (Madrid)
Muy entrañable este relato y la fotografía que lo ilustra, una delicia. Abrazos y enhorabuena a Paloma.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido Marcos. No imaginas cuánto valoro tu opinión. Un abrazo y un beso fuertes. Paloma
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