Reseña de Diego Fernández
González del poemario “EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA”
Desde
una playa de mar adentro “con olor a
monte”, nos llega la brisa de este “abrazo
de ternura”, de amor derramado en versos que nos envuelve desde su primer
poema.
Es éste,
el último poemario publicado de Juan Calderón Matador, un canto al amor
total, con sus Trampas y Enigmas, con su Luz y sus Sombras, que, entre Llanto
y Aromas incitan “a subir la escalera de los besos”
En sus
páginas, vamos descubriendo la “ruta del
amor” en la que la mujer , “- seda
negra en la silla-”, que “tiraba de
él, con la esperanza //de hacerle regresar” llegó a “hacerse pavesas” entre “dos
hombres enlazados” Y, por esa
ruta, vamos caminando entre “
sentimientos limpios” y “sensaciones
albas” hasta lograr Cerrar el
círculo en la plenitud de la pasión. El amor ya está maduro, “hay mucho por vivir// y el río corre en
calma” y “ no hay rincón en la casa//
donde el amor no se asome”…
En
estos tiempos que vivimos, surgen voces que se atreven a decir que los versos
de amor ya no se llevan, como si el amor fuese una moda ya pasada. Les
invitaría a adentrarse en este libro y descubrir, así, toda la belleza y el
misterio que la poesía sentida y bien escrita puede aún aportar a su
redescubrimiento, del que estamos tan necesitados. Y, hoja a hoja, en este otoño, entre olor “a café reciente y pan tostado”, “compartir
dátiles y agua” en este
desayuno del amor y de la vida que, Juan Calderón, nos regala en este delicioso
poemario.
“Firmo por este instante junto
a ti”…
Diego Fernández González
Acertada reseña. Poemarios como el de Juan invitan a la poesía inagotable. Estos tiempos cada día más, necesitan poesía. Saludos.
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