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LUMIÈRE DU SANG
La taquillera mira la piedra de mi anillo completamente subyugada. Hace poco más de un siglo habría hecho que me invitara a pasar dentro de su cubículo, y habría devorado esa fascinación regándola con el jugo de sus venas. Pero aquellos eran otros tiempos, tiempos oscuros, en los que tomaba mucho más de lo que realmente necesitaba.
La sangre es una tentación a la que resulta difícil resistirse cuando tu víctima yace rendida entre tus brazos, pero nada más. Son sus emociones las que llenan el hueco que antaño ocupara mi alma: el miedo que eriza el vello a lo largo de su espalda; la pasión que prende en su pecho, cuando se abandona a mi mirada. La sangre es solo un capricho, el capricho de un criminal, de una bestia, y yo renuncié a ella el día que hallé la granja de emociones definitiva, viendo llegar un tren a una estación... proyectado sobre la superficie de un telón blanco.
Entro en la sala con la película ya empezada. Tan solo hay una pareja. Suficiente.
Tomo asiento detrás de ellos, cierro los ojos, y la boca se me hace agua.
Andrés Abel
Recientemente ví "Nosferatu" y creo que nunca se superará esa versión de Drácula. Ahora los vampiros están demoda pero nada tienen que ver con esta historia o las que antes nos ofrecían en el buen cine. Saludos.
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