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El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel.
Alfred Hitchcock
Falso culpable
Asomado a esta ventana indiscreta, yo confieso haber realizado el crimen perfecto: Manolo era un hombre que sabía demasiado, esto no sería ningún pecado, si no se pusiera a largar en el pomposo bar “La posada de Jamaica”, después de dos carajillos. A los dos días había dividido al pueblo entre los que creían que Marnie era una ladrona, por haberla visto salir una noche por una ventana de la sacristía, y los que pensaban que tenía un lío con el cura. Conocí a Marnie en Torremolinos, en un permiso de fin de semana y era mi novia. A la semana, Manolo rodó por los 39 escalones del palomar, que para qué se subiría, si tenía vértigo. Cundió la sospecha de que fue asesinado, pero siempre quedó la sombra de una duda y nunca se aclaró, por razones obvias. Hoy, sin otro quehacer que dar comida a los pájaros, a los 90 años y con la muerte en los talones, confieso: A pesar de que el cura estaba chiflado y acabó en un manicomio, víctima de su psicosis, el cura no lo mató, fui yo.
Leandro Maliñez
Es estupendo. Se nencesita mucho ingenio para crear un relato con los títulos de las películas del maestro Hitchcock y con un argumento que sigue la línea de "Yo confieso". Enhorabuena a Leandro.
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