RAÍCES DE PAPEL PUBLICACIONES Y PREMIOS

jueves, 3 de diciembre de 2015

"UNA VIDA DE CINE" DE RICARDO MOYA SALAS, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

Johnny Weissmüller (Tarzán) Imagen Internet propiedad de la productora y/o distribuidora


Una vida de cine

Por aquel entonces, con tan sólo cinco años, pensaba que la sabana y sus moradores estaban a salvo bajo la protección de Tarzán, pero del verdadero, Johnny Weissmüller. Cuyo grito todos intentábamos imitar infructuosamente. Drácula, o sea Christopher Lee, era un tipo ataviado elegantemente con una capa. Al que, por mucho que el infatigable Peter Cushing acabara con él, siempre había algún siervo dispuesto a revivirlo. Sus ojos inyectados en sangre y el poder de transformarse en niebla hacían que tus horas de sueño fueran insuficientes.
Hablando de niebla, había otra que si te topabas con ella podía hacerte menguar, hasta desaparecer en el infinito.
También aprendías, como James Stewart, que cuando unas campanas sonaban era señal de que un ángel había ganado sus alas. Y que, por muchos problemas que tuvieses, en nada mejoraría la vida de los demás si no existieses.

Crecimos con el cine, formaba parte de nosotros, con él nos emocionábamos. Compartía esas historias con mi abuelo, mis padres y hermanas. Ahora lo hago con mi mujer y mis hijos. Probablemente algún día ellos también recuerden cómo pasaron miedo o se rieron sentados junto a sus padres viendo una película.  

Ricardo Moya Salas



AQUÍ TERMINA LA PUBLICACIÓN DE LOS MICRORRELATOS DE CINE SELECCIONADOS
EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE
"ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

miércoles, 2 de diciembre de 2015

"UNA TARDE INOLVIDABLE" DE PABLO JOSÉ SANCHEZ FERNÁNDEZ, MICRORRELATO SELECCIONADO PARA SU PUBLICACIÓN EN EL V CERTAMEN DE MICRORRELATOS DE CINE "ARVIKIS - DRAGONFLY" 2014

Cine Cartago de Guardamar del Segura, cerrado hace más de 15 años


Una tarde inolvidable


Allí estaba yo, sentado en la butaca de la única sala de aquel cine que ahora veo cómo cierra sus puertas, tal vez para siempre. Era invierno y hacía frío, sin duda una ocasión propicia para ir a ver una película. No fue la primera ni la última vez que fui allí, pero esa la recuerdo por ser un momento muy especial en mi vida. Había conseguido convencer a mis padres que me dejasen ir, no fue fácil y más cuando yo y solo yo sabía que no iría con mis amigos del barrio tal y como había dicho sino con la que hoy es mi mujer y en aquel momento mi novia. Fue una noche mágica, especial e inolvidable. Ambos la recordamos. La película es lo de menos, en nuestra retina se quedó marcado el momento en el que compartimos una bolsa de palomitas, nos dimos la mano y después merendamos juntos, paseamos, charlamos y nos enamoramos. Ese día nos dimos nuestro primer beso, al que después seguirían muchos más. Aún hoy revivimos aquel momento como el más importante de nuestras y podemos decir que todo empezó una tarde de cine…

Pablo José Sánchez Fernández