El
charro y el maño
Buñuel
escribe en su camerino. Se abre la puerta. Entra Jorge Negrete. Buñuel mira por encima de sus gafas, - ¿Qué
pasa Jorge? -. -He sabido de los intentos de convertir la escena final de amor
en algo sexual.- continúa el charro.- La
secuencia es el amor, ¡Y por mis pistolas que
se va a quedar así. ! -.-Mira Jorge. – Añade el maño -La secuencia del
triunfo del amor es putrefacta. La aborrezco.- Mirada desorbitada,
Negrete, echa mano del revolver que no
lleva.: -Pendejo…- termina diciendo…
Buñuel
estudia el momento… -De acuerdo, Negrete, sólo un detalle… durante tus palabras
en la secuencia intenta, con una rama... remover el barro que hay a tus pies.-
la mirada del actor interroga. – De no
hacerlo así quedará muy estática.- Atronador y triunfante, carcajada
grandilocuente, la estrella abandona el despacho. Buñuel acudirá al charco de
la escena con un operador de cámara, le ordenará que grabe el barro,
introducirá una rama repetitivamente, suave, cariñosa, sinuosa, sexual…– La secuencia
quedará así, la pantalla desprenderá al charro hablando de amor, mientras la
rama en su mano penetrará el charco
una y otra vez, durante la mirada amorosa de sus protagonistas. Buñuel sonríe para sus adentros.
Jorge Chaumel Fernández
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