PERFUME
DE MUJER
A Rebeca nunca llegué a
conocerla bien; tuvimos una relación un tanto engañosa y acabó sumergida en un
mar de dudas. Su sustituta, sí esa, la tímida... es que nunca me acuerdo de su
nombre... bueno, ni se imaginan lo gris y apagada que podía ser.
Todo lo contrario que Gilda.
Adivinaba su cuerpo en cuanto empezaba a desvestirse, ¡nunca hubo otra como
ella!, pero me fue imposible doblegarla sin llegar a las manos y además estaba
comprometida. Y a mí nunca me gustaron los tríos.
¿Irma? Era dulce y cariñosa.
La dejé porque convivir con ella acabó por agotarme; y a Lolita porque dónde
iba yo con esa chiquilla. Ninotchka resultó ser tremendamente seria, Viridiana
muy fría y Jezabel demasiado caprichosa y anticuada.
¿He dicho que no me gustaban
los tríos? Bien, quise decir “esos tríos”. Con Thelma y Louise fue diferente,
claro, aunque el asunto se torció y preferí marcharme al intuir que todo iba a
saltar por los aires.
Ahora estoy con Laura. Me
enamoré de ella incluso antes de conocerla. No sé si la soñé o la imaginé, pero
cuando apareció por la puerta supe que jamás podría olvidarla. Y así ha sido.
Rafael Heredero García
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