Y tú quién soy
“Yo tenía una granja
en África, a los pies de las colinas de Ngong. Entonces viajaba en
aeroplano y cultivaba café. El orden es lo de menos”. De la música, sin
embargo, sí se acuerda. La canta por lo bajo cuando quiere soñar.
(Antes, a la noche, al volver del Victoria, comentaba cada
estreno entusiasmado, repitiendo sus frases, parodiando a sus héroes. Y cuando
Sebas se le subía en el sillón le reclamaba “la plaza es mía”, y al amanecer
saludaba “buenos días, princesa”, y se chupaba los dedos afirmando “el secreto
está en la salsa”. Incluso al derrotarlo la esclerosis remedaba a Stallone. “No
me siento las piernas".)
Por eso aquel paisaje persiste en la pantalla, pues no recuerda
nunca lo que pasa tras el primer disparo. John Barry, sin embargo, le suaviza
el carácter.
Una noche, secándose las lágrimas, lo sorprendí escribiendo
como
Benjamin Button. “No tengo mucho que dejar. Me iré de este mundo tal y como
llegué a él, solo y sin nada. Todo cuanto tengo es mi historia y la escribo ahora
que aún la puedo recordar”. Y luego, en voz profunda, sentenció como siempre: “Después de todo, mañana será otro día”.
Elena Marqués Núñez
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