RAÍCES DE PAPEL PUBLICACIONES Y PREMIOS

martes, 25 de diciembre de 2012

JULIA GALLO SANZ SE ADENTRA EN EL POEMARIO "EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA" – DE JUAN CALDERÓN MATADOR


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JULIA GALLO SANZ SE ADENTRA EN EL POEMARIO "EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA" – DE JUAN CALDERÓN MATADOR

Mucho se ha dicho sobre EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA, última obra de Juan Calderón Matador, y todo excelente, como corresponde. El prólogo escrito por Blas Muñoz Pizarro, es un magnífico catalizador de las pulsaciones de este poemario, y en él ya está todo escrutado; así que lo que yo voy a decir, tal cual me pide el corazón, es que Juan calderón es un gran amigo y un leal compañero de fatigas literarias, imaginativo, divertido, creativo, ocurrente…, lo mismo que Javier Bueno, a quien tanto Juan como yo debemos la difusión de informaciones digitales.
Juan Calderón es un refulgente poliedro, cuyas irisaciones nos llegan desde las facetas de sus caras: poeta, pintor, actor, letrista de canciones y compositor de sus músicas, escritor de teatro, relator…  Como autor de poesía Juan, sin ninguna duda, ejerce de poeta del sentimiento y de la experiencia, y lo hace con  sinceridad plausible, como podemos comprobar a lo largo de su amplia producción.
En EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA, la amalgama entre lo íntimo y lo cósmico, entre lo real y lo soñado, está tan bien compactada, que la versificadora dimensión emocional encrespa la piel. Esta desnuda desazón pasional volcada en cada verso, es una confesión macerada en el tiempo y escrita en el tiempo; de este manifiesto metafórico y simbolista se vale Juan C. M. para contarnos que las ligaduras del destino unas veces nos prenden y otras nos desprenden como a capricho, porque el amor, sentimiento por excelencia en este libro, aunque nos pese, es semejante a una sublime y carcelaria argolla susceptible de rotura por donde desasir su presa.
El yo poético, revelado o sobreentendido, clama con lirismo persuasor ante quien lee, y el lector queda atrapado en su polifonía, hondura, sondeo íntimo, cromatismo, imágenes, oficio… ¿Existe algo mejor que dejarse atrapar por la belleza del sentimiento?, pues esto hace EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA de Juan calderón Matador: cala, sacude y turba. Muchos son los versos que quedan cristalizados en la memoria como una corona de espinas, y digo yo: ¿acaso hemos olvidado que fuimos colocados en un valle de lágrimas con la esperanza –ya suministrada en vena- de hallar el verdadero amor y la dicha?
Querido Juan, una vez más, enhorabuena por esta nueva entrega poética, hermosa y valiente.




martes, 18 de diciembre de 2012

MARCOS CALLAU VICENTE opina sobre el poemario "El destino nos ata y nos desata" de Juan Calderón Matador. 2012


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MARCOS CALLAU VICENTE opina sobre el poemario "El destino nos ata y nos desata" de Juan Calderón Matador. 2012

Quien haya conocido desde los comienzos la poesía de Juan Calderón identificará El destino nos ata y nos desata como una conclusión de la experiencia. Juan Calderón acostumbra a buscar la palabra exacta, la exquisitez y la exigencia en la construcción del poema, de cada verso, depurando al máximo su conclusión, como el maestro que cincela una escultura de mármol, despojándola de todo lo sobrante, dejando solo la perfección. 

Este último poemario (poemario de la experiencia) está claramente dividido en tres partes que se completan entre sí, complementan y cierran, al final, como un círculo perfecto. El destino nos ata y nos desata comienza como un grito, una revelación y una firme declaración de intenciones con el poema Corriente. Este grito torrencial se apacigua rápidamente, desde esa experiencia que impregna toda la obra, en Lluvia, un canto a esa paciencia que debe estar presente en todo amor, un propósito de saber esperar. De hecho, el siguiente poema se titula Espera y navega entre la embriaguez del güisqui y la perfecta construcción poética. Pero, como acertadamente apunta Blas Muñoz Pizarro en el magnífico prólogo escrito para este libro, el poemario está en continuo movimiento, no solo de manera circular, también dentro de la historia de amor que se nos propone. En este libro, en palabras de Muñoz Pizarro, “hay un ir que es un volver” y así el futuro es un regreso a la experiencia, desde la propia experiencia. Regreso  es el título del siguiente poema, como una fotografía antigua, que revela un futuro que es pasado, un ir que es un venir.

Innumerables son las veredas por las que camina la voz de El destino nos ata y nos desata pero, de alguna manera, todas confluyen en ese mismo destino que es la consecuencia de lo que hoy grita y nos revela con sus palabras. La primera parte de la obra concluye así, como una vocación de cerrar el círculo en el poema Presentimiento, una conclusión de la paciente espera en el poema Certeza, un recomenzar y reescribir Libretos y un tiempo que respeta y se detiene en los Signos. Y llegamos a la parte central titulada Lo que fuimos, una vuelta al pasado desde su consecuencia. Un divertido y dinámico comienzo con la iniciación que descubre Trampas y Tapias que se derrumban a base de corazón, remansa su ritmo para llegar de nuevo a la reflexión. Y el tiempo siempre está presente en estos momentos de quietud. Merece una mención especial el poema Torrentera por su vocación de achicar el fuego en los relojes. Caoba nos permite viajar al otro lado del tiempo y Claves precisamente descifra la imposibilidad del regreso. 

La poesía de Juan Calderón es colorista y está impregnada de otra de sus pasiones, la pintura. Y en El destino nos ata y nos desata hay un poema que es el mejor reflejo de estos lienzos que Juan pinta con palabras. Se trata del poema Incendio. Sin nombrar ningún color, el poema comienza en gris nocturno para convertirse en rojo pasión al tercer verso. El cuerpo central del poema pasa del amarillo al marrón y concluye con un festival colorista, “un cierzo de colores hizo volar las últimas pavesas” Esta poesía colorista está presente también en el resto de la obra. Y esta parte central del poemario concluirá de nuevo con la paciencia del poema Luz (“borrar la prisa de los dedos”) y la incertidumbre del reencuentro, la dulzura del renacimiento.

Precisamente El destino nos ata y nos desata concluye con una última sección de dieciséis poemas acertadamente titulada Cerrando el círculo. Es la poesía del final del camino, la conclusión, la certeza del haber sido y por ello, ser hoy. La voz del poema encuentra la muerte del vagabundo, el final de su existencia como nómada para, finalmente, reencontrarse con su identidad en la identidad del amado.

Esta última obra de Juan Calderón rebosa experiencia y perfección, pudiendo afirmar que es, de todas, la más exquisita. Un rotundo canto al amor, sin géneros, sin barreras; un grito sonoro, también desde la poesía del silencio, porque el poeta deja su parte al lector, a su imaginación y completa el viaje, puliendo sus palabras, sus versos, cincelando para alcanzar la maestría de una escultura de mármol dotada de alma y humanidad. Un delicado canto al amor no exento de sexualidad y de vida, como un torrente de versos, al galope, por las venas del autor.



domingo, 9 de diciembre de 2012

EL PINTOR ENRIC DEL PUEBLO TRIUNFA EN MIAMI CON SUS "SPANISH ALIENS"

EL PINTOR ENRIC DELPUEBLO EN COMPAÑÍA DE SUS ALIENS
ENRIC DELPUEBLO FUE EL DESINTERESADO  ILUSTRADOR DE 
LA PORTADA DEL PRIMER LIBRO DEL I CERTAMEN DE MICRORRELATOS 
SOBRE EL CINE " ARVIKIS - DRAGONFLY" 2010,
TITULADO "EL BESO", PATROCINADO Y EDITADO
 POR "EDICIONES CARDEÑOSO" (VIGO)


AHORA TRIUNFA EN MIAMI CON SUS ASOMBROSAS PINTURAS 
SOBRE UNOS ALIENS MUY ESPECIALES, QUE NO NOS DEJAN INDIFERENTES.
SUERTE, Y AL TORO...

MARCIANITO DE CÓRDOBA






martes, 4 de diciembre de 2012

BREVES PALABRAS SOBRE <<EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA>> A JUAN CALDERÓN MATADOR LAURA OLALLA- 14-10-2012 –MADRID


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BREVES PALABRAS SOBRE <<EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA>>
A JUAN CALDERÓN MATADOR
LAURA OLALLA- 14-10-2012 –MADRID


No puedo estar más de acuerdo con la paráfrasis hecha por el Filólogo D. Blas Muñoz a cerca de este poemario. He releído tus versos y adhiriéndome a todo cuanto he captado en el prólogo, puedo decir, sin temor a equivocarme que tengo en mis manos una obra madura, reflexiva y profunda, repleta de belleza; sabedora  por sí misma, del impacto que produce en el lector.
La capacidad del poeta para desdoblarse y conjugar un pasado muy lejano con un presente, necesariamente ubicado en una realidad conexa, inherente a la provocación  y al desánimo, se hace eco en este poemario. El “yo” de la 1ª y 3ª partes, relacionado de forma especial con el observador de la 2ª es un espejo donde sentirse reflejado.
Luces y sombras. Ausencias y olvidos. Paralelismo de destinos. Mitologías que absorben  el sexo y sus ambigüedades. Desconciertos que alteran las exigencias del hombre. Pero éste no sucumbe. A medida que avanzo en su lectura, es mayor el vuelo de la palabra, forma y fondo, fusionados (buena técnica), en un grito de esperanza.
Ansia por retener el tiempo. Soldadura en el engranaje de la complejidad del complemento. El autor exhala su lirismo fotografiando su propio desnudo – sin importarle ser él o ella-, reencarnándose para vivir de nuevo. Se palpa el vacío existencial que atenaza a las almas sensibles. Pero, a la vez, la fuerza creadora le redime del paso de los días, con la aceptación de lo que somos: ¿brevedad encarnada?. Como en un buen relato –trama, desarrollo y desenlace–, el poeta se consagra a ese renacer en la muerte que dará nueva vida a la rueda del cosmos. Conoce el camino. La experiencia le permite atender al Amor en este nuevo tramo. Un amor repleto de ternura, visiona, hoy,  la concesión de otros, vividos con pasión intrépida. Este amor maduro vuelve a sus raíces en medio de esos miedos encontrados de los que todos tenemos patrimonio, ofreciendo su licor a quien desea quedarse.

“La espera es el remanso que ahonda en la inquietud,
el trasiego que horada el corazón
del día o de la noche.

La vida es un enigma
como la primavera en el umbral del sueño
que me vierte su nombre
cuando asoma la voz ya de  regreso a casa.”
(Autora: Laura Olalla)

Querido amigo Juan Calderón. Puedes sentirte orgulloso de esta nueva entrega. Mis más humildes y sinceras felicitaciones. Haz tuyos estos versos, creados tras leer EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA


martes, 27 de noviembre de 2012

RESEÑA DE ELENA MARQUÉS DEL POEMARIO "EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA"

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RESEÑA DE ELENA MARQUÉS DEL POEMARIO
"EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA"

Desde el endecasílabo del título hasta el último verso del poemario, desde las citas que encuadran y desenmascaran cada una de sus tres partes, equilibradas tanto en número de versos como en esperas y encuentros, el último libro del escritor Juan Calderón Matador, que exquisitamente y con el cariño de siempre edita Ediciones Cardeñoso, nos sumerge en una poesía íntima y sensual en la que sentirnos náufragos y a la vez rescatados. Es difícil, al tomarlo entre las manos, hacer una pausa, apartar la vista de sus apenas ochenta páginas, dejar de leer y releer sin abandonarnos a su ritmo, a esa sucesión sonora de versos libres pero sujetos férreamente al acento que los guía y los conduce.
El poemario El destino nos ata y nos desata, prologado por otro poeta no menor, Blas Pizarro, no deja nada al descuido. Su primera parte, “La inquietud de la espera”, nos mantiene precisamente expectantes, que no inquietos, desde sus citas de Benavente o de Cernuda, y, ya en su primera composición, “Corriente”, cuyos versos, como las aguas del río, nos mecen y nos sitúan frente a “ese destino que nos ata” y nos arrastra, cual los hados antiguos, al resto de la vida, se aprecia a un escritor que bebe de las fuentes clásicas y se sienta, al mismo tiempo, junto al resto de sus contemporáneos. Porque Juan Calderón Matador renueva en sus poemas los símbolos eternos de la literatura universal, y así aparecerán el agua, modelando al hombre (“Lluvia”) o zarandeándolo (“Torrentera”), o incluso entorpeciéndolo (“Llanto”); el fuego como pasión, en “Pavesas” o en “Incendio”; el “Laberinto” como punto de inicio...;metáforas inamovibles por las que el autor opta como en un reconocimiento de las ataduras del hombre y, por qué no, del escritor.
Algún crítico avezado podrá decir que quizás las imágenes y los símbolos de Juan no son nuevos ni originales; pero, realmente, su poesía, repleta de sentimientos y vivencias, no necesita nada más. Son las palabras justas para transmitir la única verdad: la inquietud del Hombre ante su destino, la extraña sensación de haber vivido, la necesidad de encontrar y encontrarse. Y, por supuesto, y remedando a san Pablo, colocando «por encima de todos ellos, el Amor».
Porque, si el autor se aferra con coherencia a sus imágenes y a ciertas palabras que se repiten con obsesión, no es por pobreza léxica o por cansancio, sino para dejarnos las pistas, las “Señales”, las “Claves” y los “Signos” que nos hablen de sus prejuicios y sus miedos, sus estados del alma, desde la “Espera” al “Regreso”, desde la inquietud y la esperanza de sus primeros poemas al movimiento para cumplir al fin su “misión oculta bajo el fémur” con que cierra el poemario en un “Pacto” solemne con la persona amada.
La poesía de El destino nos ata y nos desata es una poesía íntima, en que apenas asoman la voz del poeta y la sombra de ese ser incierto y amoroso al que busca y con el que comulga en encuentros sucesivos; es, nadie podrá sustraerse a ello, una poesía visual, en la que el color nos acompaña como una faceta más de su polifacético autor (que no solo dibuja con palabras, sino también con pinceles, con luces y sombras en sus lienzos y papeles de la vida diaria),y es, por último, una poesía “elemental”, en la que las fuerzas de la naturaleza  confluyen continuamente: agua en forma de río o de lágrima; tierra por la que viajar o retozar; fuego en el que quemarnos; aire que nos transmita la voz y las imágenes, y los olores, también, de su pasado. No en vano el autor deja rezumar los aromas y sabores de su niñez (“Olor”), de todas sus vidas anteriores, en una mezcla de recuerdo y deseo, en una profusión de versos distribuidos en su justa medida, en frascos a veces diminutos y frágiles que es preciso leer en voz muy baja para no despertar a su atadura casi hipnótica.
Por ser diminutos y concisos, como señala el prologuista, hasta los títulos son un ejemplo de contención, un signo inequívoco de su búsqueda del término exacto y atinado, de la palabra viva y trascendente; de comunicar, al fin, que para eso escribe el Hombre. Muchos de sus poemas se centran precisamente en la palabra(“Libretos”, “Signos”, “Claves”, “Grito”, “Nombre”), como una necesidad de encontrar respuesta a las “Trampas” y los “Enigmas” a los que es preciso en la vida, como en el “Laberinto” del amor, enfrentarse. Y, si es posible, encontrar la salida.
Sin embargo, no pocos de sus poemas nos sumergen en la desesperanza, como en el caso de “Luz”, donde, contrariamente a lo que el lector pudiera pensar por el título, se nos presenta a un suicida sereno. O el siguiente, “Grito”, donde también nos enfrenta a la muerte. No ha de ser casualidad que sus versos más tristes se concentren en esa segunda parte, “Los que fuimos antes de que la barca cruzase a la otra orilla”, donde, como un ave fénix, el poeta decide finalmente renacer, sin saber ni importarle “cuándo el reloj, cuál el calendario”, para cerrar categóricamente el círculo en el encuentro definitivo ya augurado en las citas de Walt Whitman o Leopoldo Panero con que se abre su tercera parte, donde al fin reconoce las “Señales” y descifra los “Mensajes”, donde descubre la vida en “torrentera apacible”, “como un racimo dulce de ternura”,hasta llegar a la tierra prometida (“que el nómada que era/ halló su palmeral definitivo”).
Realmente la lectura de este breve poemario es dulce, deliciosa, apacible aun en sus versos más duros; cosa que agradecemos aquellos lectores que seguimos creyendo que el Arte debe ser, por encima de todo, estética, placer visual y sensorial. Belleza, en definitiva. Y descanso.
Lo único que nos queda desear a los lectores es que no considere Juan Calderón que con ese “Cerrando el círculo”, presagiado ya en “Presentimiento”, donde aún los temores antiguos se hacen carne (“Este miedo me viene de otro siglo”), puede descansar y dar por terminado su trabajo, sino que, después del tan ansiado encuentro, se siga sintiendo impelido a emprender un nuevo y extraordinario viaje poético con que alegrarnos las largas tardes de todos los inviernos.





sábado, 24 de noviembre de 2012

ARTÍCULO DE OPINIÓN "El destino nos ata y nos desata" Por Amelia Peco Roncero

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ARTÍCULO DE OPINIÓN 
"El destino nos ata y nos desata"

Por Amelia Peco Roncero


Fue en este verano de 2012 cuando me llegó el libro: “El destino nos ata y nos desata” de Juan Calderón Matador.
Era para mí la opera prima de dicho autor. Lo abrí al azar porque es así como me gusta descubrir un poemario cuando me enfrento a él por primera vez. Siempre confío en ese poema elegido al azar porque, probablemente, los siguientes sean de la misma calidad, o no.
Así fue como llegué a este libro, del cual daré la opinión que me ha merecido su lectura. No hablaré del contenido por coincidir en el análisis que hace Blas Muñoz Pizarro y sería repetirme.
Sobre lo que es poesía, en estos últimos años de cambios, en cuanto lo que es o no es una obra de arte, hay mucho que cortar y, no siempre, ni los mismos poetas estamos de acuerdo en definir exactamente tal concepto. Por tanto, hablaré de mi percepción, como no podía ser de otra manera.
Como les decía, cuando abrí el libro de Juan Calderón y leí ese primer poema: “Sentimientos” Fuerte es el  viento que me empuja/ en dirección al hueco de tu pecho/. Sentí que el siguiente verso me invitaba, por su cadencia, a seguir leyendo.
Al terminar de leer dicho poema recordé uno de los párrafos escritos, en El Nombre de la Rosa, por Umberto Eco, sobre la belleza con respecto a la luz; cito textualmente: Porque de tres cosas depende la belleza: en primer lugar, de la integridad o perfección, y por eso consideramos feo lo que está incompleto; luego, de la justa proporción, o sea de la consonancia; por último, de la claridad y la luz, y, en efecto, decimos que son bellas las cosas de colores nítidos. Y como la contemplación de la belleza entraña la paz, y para nuestro apetito lo mismo es sosegarse en la paz, en el bien o en la belleza, me sentí invadido por una sensación muy placentera…
Un concepto similar me arrastró a seguir leyendo la serie de poemas que conforman el libro de Juan Calderón; en este caso, para mí, el sentido era más amplio, ya que las palabras me llevaban a la luz, al ritmo, a la sintonía y a la armonía.
Las palabras en este poemario, son como un río que fluye, están colocadas de tal forma que tienes la sensación de que al autor no le ha llevado trabajo ni tiempo, llegar a colocarlas tal como están; recuerden aquello de la difícil sencillez…  Pues esto ocurre en El destino nos ata y nos desata, en cada uno de los poemas que lo componen. Cada palabra tiene su sintonía con la siguiente.
Aquellos que cada día trabajamos con las palabras sabemos lo arduo que resulta el camino que hemos de recorrer para encauzarlas, para saber dónde has de colocar cada una de ellas para dar al lector el mensaje que deseamos. Pero el más difícil todavía llega cuando nos enfrentamos a un texto poético, donde el concepto ha de alinearse con la forma para, así, llegar al ritmo.
Cuando leo un poema y el lenguaje y la forma funcionan al unísono, cuando la musicalidad me impulsa a seguir leyendo sin ningún tipo de tropiezo, no me cabe la menor duda de estar ante un texto poético, como es este caso, de calidad.

Quiero felicitar desde esta revista cultural a Juan Calderón Matador por su poemario El destino nos ata y nos desata.
Se ve en cada uno de estos versos que Juan Calderón siente amor por la palabra. Creo que lo ha dejado patente en este libro.
Y es que la palabra, cuando sabemos modelarla y hacerla ágil, la convertimos en una obra de arte.
Bajo mi punto de vista, en este poemario, el objetivo está conseguido.





lunes, 19 de noviembre de 2012

ENTREGA DE LOS PREMIOS DE LA PLATAFORMA CULTURAL "RAÍCES DE PAPEL" 2012 y PRESENTACIÓN POEMARIO DE JUAN CALDERÓN MATADOR "EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA" (Madrid 16-noviembre-2012)




TONGO, TONGO Y TONGO

ESCÁNDALO EN LA ENTREGA DE LOS

PREMIOS LITERARIOS RAÍCES DE PAPEL


Este año la Plataforma Cultural Raíces de Papel ha querido sorprender al público asistente a la entrega de sus Premios Literarios, III Certamen de Microrrelatos de Cine "Arvikis-Dragonfly" y IV Certamen de poesía "Poeta Juan Calderón Matador", y a los propios galardonados con una divertida broma, preparada en el más absoluto secreto. En el momento en que Javier Bueno anunciaba el título y el autor ganador del premio de poesía, una señorita se levantó entre el público acusando de tongo a los organizadores, ante el estupor de los presentes. No dudó en subir al escenario reclamando una explicación de por qué le habían quitado el premio que, según ella, le había prometido el Marqués de Santillana tras leer su poemario, titulado "Desdichas de una Nancy Morena", y para convencer al público y a la organización del concurso se apoderó de el micrófono para recitar uno de los poemas del mismo. El público reía abiertamente ante la osadía de la poeta cuando declamó los siguientes versos:

Me ha salido una verruga
en lo alto de la ceja,
yo me la quiero operar
mas mi papi no me deja.

Yo le ruego y le suplico
que me dé el consentimiento,
pero se niega en redondo
porque le importa un pimiento.

Y yo me muero en la queja
de mi verruga en la queja.

El hilarante mal entendido quedó aclarado cuando Javier Bueno y Juan Calderón la presentaron como la encargada de conducir el acto, momento en el que los verdaderos ganadores pudieron respirar tranquilos y los asistentes recibieron con una ovación a la guapísima y gran comunicadora María Eugenia Guerra. El resto de la velada, gracias a su profesionalidad, transcurrió sin incidentes.



Reportaje fotográfico de la entrega de Premios 
de la Plataforma Cultural "Raíces de Papel" 2012

Presentación de los libros: ANTIGÜEDADES, de Andrés R. Blanco y otros autores, LA MANO QUE BUSCA EL DESPERTADOR, de Ricardo García Fernández, y EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA, de Juan Calderón Matador. 

Agradecemos a Cultural Telefónica de Madrid y al Grupo literario Tintaviva las facilidades para la realización del Acto, a María Eugenia Guerra, por su espléndida forma de conducirlo, a nuestro editor y patrocinador Severino Cardeñoso, director de Ediciones Cardeñoso, de Vigo, a los miembros de los respectivos jurados, y a todos los participantes y personas implicadas en la organización de los Premios Literarios Raíces de Papel, sin olvidarnos de Blas Muñoz Pizarro, que hizo la presentación del libro de Juan Calderón Matador "El destino nos ata y nos desata", del que es prologuista, y de Mariví García Bueno por la realización de este reportaje fotográfico. Muchas felicidades a los premiados.

Juan Calderón Javier Bueno Mª Eugenia Guerra (Presentadora del acto)
Mª Eugenia Guerra & Juan Calderón
María Eugenia Guerra, presentadora

En primer lugar, Raíces de Papel, entregó diplomas de Miembros Distinguidos a sus más directos colaboradores.

Severino Cardeñoso, editor y patrocinador dirige unas palabras a los asistentes
Severino Cardeñoso
Javier Bueno entrega el diploma a la escritora Julia Gallo Sanz
Juan Calderón                                 Julia Gallo                                        Javier Bueno
La escritora Milagros Salvador
La escritora Reyes Cáceres
La grafóloga Nuria Sánchez Caravaca
El escritor Blas Muñoz Pizarro
El escritor Marcos Callau

La escritora Elena Marqués


La escritora Silvia Carpena


La dibujante e ilustradora Ayesha López Rubio recibe el diploma de miembro distinguido por su colaboración en la realización de los dibujos de portada de la revista digital "Raíces de Papel"


La escritora Carmen Rubio
Reyes Cáceres Molinero fue la encarga de hacer la presentación del libro "Antigüedades", en el que se recogen los microrrelatos ganadores y los seleccionados para su publicación en el III Certamen de Microrrelatos "Arvikis-Dragonfly". Andrés R. Blanco fue el ganador del primer premio. Paloma Hernández,  una de las finalistas, dio lectura a su obra premiada, a la que siguió Andrés para leer  la suya.
Milagros Salvador da lectura del acta del Certamen de Microrrelatos
Reyes Cáceres Molinero presenta el libro de microrrelatos "Antigüedades"


Severino Cardeñoso entrega el Diploma de Finalista a Paloma Hernández
Javier Bueno entrega el 1º Premio de Microrrelatos  Arvikis-Dragonfly 2012 al escritor Andrés R. Blanco
El ganador Andrés R. Blanco
El editor Severino Cardeñoso entrega a Andrés R. Blanco un ejemplar del libro Antigüedades  que representa el
Premio del editor.
Javier Bueno                   Andrés R. Blanco              Juan Calderón
Paloma Hernández da lectura a su microrrelato finalista

Andrés R. Blanco lee el microrrelato ganador

Julia Gallo Sanz presentó el poemario "La mano que busca el despertador", de  Ricardo García Fernández, ganador del  IV Certamen de Poesía "Poeta Juan Calderón Matador". Ricardo leyó dos poemas del mismo.
Carmen Rubio da lectura del acta del Certamen de Poesía
Juan Calderón entrega el trofeo IV Certamen de Poesía "Poeta Juan Calderón Matador" 2012 al ganador Ricardo García Fernández

Severino Cardeñoso entrega un ejemplar del Poemario ganador a Ricardo García Fernández, que simboliza el Premio del Patrocinador
Julia Gallo Presenta el Poemario ganador
Javier Bueno a requerimiento de la presentadora explica como realizó el diseño de la portada del 
Poemario ganador "La mano que busca el despertador"
El ganador Ricardo García Fernández, procede a la lectura de algunos poemas de su libro
Y como broche del acto, Blas Muñoz Pizarro habló sobre el poemario "El destino nos ata y nos desata", de Juan Calderón Matador, partiendo de las diversas reseñas que se han publicado sobre el mismo. El autor recitó algunos poemas del libro.

Blas Muñoz presenta el libro "El destino nos ata y nos desata de Juan Calderón

Juan Calderón da lectura a los poemas de su libro
Público de sala
  
Nuestra flamante comunicadora Mª Eugenia Guerra, despidió el acto hasta el año próximo