Foto Internet Cine Capitol Madrid 1936 |
Desafío
Su padre, su madre, su hermana, su abuela, su tío, su novio, el cura, su profesora de Química y sus dos mejores amigas la esperaban en la puerta del cine. Desde que había avisado de que iría a ver la película, había tenido que soportar burlas, reproches, sermones, coacciones, discusiones y gritos. Sin embargo, no había cedido.
Ahora se presentaban allí, sin avisar, para realizar la última intentona. No los miró. Se acercó a la taquilla y pidió una entrada. Pagó con el dinero justo y avanzó hacia la puerta donde aquella muralla humana la esperaba.
—No entres, hija mía— rogó su madre.
—Piensa en tu futuro —aconsejó su profesora de Química.
—¡Por favor, hermanita! —suplicó su hermano.
—Recapacita —recomendó su tío.
—¡Lo que pensará la gente! —clamó su abuela.
—Mira por tu familia —amonestó el cura.
—Te dejaré por otra —advirtió su novio.
—Ni se te ocurra hacerlo —amenazó su padre.
—Dejaremos de salir contigo— desafiaron sus amigas.
Ella fue a decir algo, pero no encontró palabras y dio un paso al frente.
—¡No lo hagas! ¡Tu vida no volverá a ser la misma! —imploraron.
Miró la entrada en sus manos, sonrió desafiante y entró en el cine.
Óscar Casado Díaz (Madrid)
El cine como necesidad imperiosa para evadirse de la vida real.
ResponderEliminar¡Excelente, Óscar! Nunca se sabe qué te vas a encontrar en un cine, puede que a la vecina de al lado. ¡Ja,ja,já!
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