Un domingo de abril, había disfrutado de una agradable comida con unos amigos, y regresaba a mi casa en el corazón de Madrid. Como por la tarde, tenía entradas para ir a un cine de los pocos que van quedando en la Gran Vía, decidí tomar el metro, para ir mas seguro de tiempo. Me encaminé a la estación más cercana, que era la de Esperanza, allí bajé al andén y espere la llegada del convoy. No había nadie, enfrente unos niños daban carreras arriba y abajo. De pronto apareció un chico de unos treinta años, visiblemente nervioso y alterado, acarreando una chillona maleta roja de gran tamaño. Con marcado acento argentino me dijo:
- Disculpe señor debo llegar al aeropuerto lo antes posible, estoy perdido con el trasbordo. ¡Ayúdeme! Le suplico
- Tranquilícese, tiene que ir al otro andén, está en dirección contraria.
- Ya sé, es que me perdí..., no estoy acostumbrado a transitar por el metro, ¡soy un pelotudo! Mi felicidad depende de que llegue pronto a Barajas y encuentre a esa “mina”
- ¿ Mina? Que quiere decir, no le entiendo.
Una leve sonrisa apareció en el derrotado rostro del muchacho
- Ya claro. Le explico... Una mina, es una chica, una chica guapa
- Pues la verdad, es que está muy bien aquilatado el término una chica guapa es una mina, una mina de oro...
- Si como sus cabellos dorados, suaves, lindos..., Paula es única, y debo llegar en... cincuenta, ¡solo tengo cincuenta minutos! Si no llego la perderé.
- Tranquilo, ya verás como llegas. Mira como se llama la estación donde estamos
- ¡ESPERANZA! Claro, es usted increíble. ¡Lo último que se pierde!
- Corre da la vuelta y en el otro anden toma el tren hasta “MAR DE CRISTAL”, y allí trasbordas hasta AEROPUERTO, y tranquilo, estas muy cerca, tan solo a un METRO de Paula
- Graciasssssssss...
Relato finalista seleccionado por la Comunidad de Madrid para su publicación en el volumen de relatos: “ El Libro De Vivencias en el Transporte Público” Diciembre 2008
Muy bueno, muy bueno..."tan sólo a un metro de Paula". Genial. Cuántas historias pueden sugerir el metro de Madrid. Maravilloso ambiente urbano y algo bohemio. Por cierto, sí que quedan pocos cines en la Gran Vía de Madrid pero en la de Zaragoza ya no queda ninguno. Un abrazo. Me encanta Madrid.
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